España afronta una crisis en el siglo XXI debido a los incendios forestales. Los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) revelan que, en lo que va de 2025, unos 400. 000 hectáreas han sido arrasados por más de veinte focos activos. Aunque hubo alivio térmico en las últimas horas, la situación sigue siendo grave en zonas como Galicia, Extremadura, Castilla y León, donde el fuego está fuera de control, amenazando a la gente y valiosos hábitats naturales.
En Galicia, Ourense se ha convertido en el punto crítico de la emergencia, concentrando los siete incendios más destructivos. Más de 67,500 hectáreas de pasto se ha convertido en llamas, y existe preocupación por la integridad de importantes reservas naturales. La rápida expansión del fuego, causada por la sequía y los fuertes vientos, dificulta la extinción, lo que obliga a utilizar todos los recursos disponibles.

La situación en Castilla y León también es preocupante, sobre todo en Zamora y León, donde miles de personas los trasladaron de forma preventiva. En Extremadura, el fuego declarado en Jarilla lleva nueve días activo y ha quemado ya 16 mil hectáreas, sin que los equipos de emergencia pudieran controlarlo. Las malas condiciones climáticas complican el trabajo de los servicios de extinción y elevan el riesgo de nuevos incendios.
Ante la magnitud de la catástrofe, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que el Consejo de Ministros declarará zona de emergencia a los territorios afectados. Desde Jarilla, Sánchez prometió ayudar a reconstruir económica y socialmente las comunidades afectadas una vez controlada la situación. Además, resaltó que el Estado proporcionará todos los recursos necesarios para afrontar esta crisis sin precedentes
De forma paralela, el Gobierno de España ha aumentado la coordinación con los servicios autonómicos y ha recibido ayuda internacional. Equipos de Alemania y Eslovaquia ya ayudan en la extinción, proporcionando medios aéreos y personal cualificado.